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sábado, 4 de agosto de 2012

Voy a contar mi historia.

SEGUNDA PARTE

Me fui corriendo con los dos exámenes. Era domingo por la tarde y el lunes después del recreo era el exámen. No podía estudiar pese a saber las preguntas, estaba nervioso y sudoroso. Por la noche ya conseguí memorizar cada pregunta del exámen.
Lunes en el recreo... Me junto con algún amigo de la otra clase, que ya habían hecho el exámen(y yo sabía sus preguntas, pues en cada exámen que tenía ponía en la parte superior izquierda: Clase  A y Clase B). Me cuentan que el profesor de historia estaba sorprendido de que al abrir el sobre de los exámenes, le faltaban dos. Empiezo a sudar. El profesor aluye que nunca se equivoca, y pregunta al foro de la clase si alguien se los ha cogido... y manda hacer una fotocopia del exámen.
Llega la hora de mi exámen y yo no sabía de mi capacidad de temblar tanto. Reparte el examen y no comenta nada. Sólo observa. Yo por miedo, me dejo cosas sin contestar para sacar un 8,5 que no llame mucho la atención. Al final obtengo un 8,75 y paso inardvertido.
Crece en mi un vicio. Uno que en ese momento no sabía hasta dónde me podía llevar. Tan lejos.
Y necio de mi que le doy rienda suelta y planeo mi próximo robo. Mi próximo error. Mi próximo destino a la perdición. Salvo que utilice a otro como conejito de indias y me esconda en mi adorada reputación, muy bien valorada, cual sepulcro blanqueado. 

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